jueves, 26 de noviembre de 2009

Mañana quizás

Para que no se enteren de que me he marchado hace tiempo, continúo desayunando junto a mi mujer y mis dos hijas, acudo puntualmente al trabajo, mantengo mi actitud cómplice con respecto a los desatinos del redactor jefe, almuerzo cuscús o kebab en cualquier sitio para no perder tiempo y me detengo en un bareto donde venden alcohol a escondidas antes de regresar a casa. Todo, pues, seguirá igual hasta el día que reciba la orden. Entonces me ataré mi propio desconcierto a la cintura, saldré de casa sin despedirme para evitar que en el último momento un abrazo me delate y me dirigiré al lugar más concurrido del mercado.

4 comentarios:

  1. Desolador, como siempre, o más que siempre. A pesar de la brevedad logras crear la tensión y la sorpresa del desenlace. Bravo!

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  2. después de tantos reveses, no sabes cuánto me animan tus cometarios. Gracias de corazón.

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  3. ¿Qué reveses? Los «no» hay que tomárselos como píldoras para el incentivo. Ten la seguridad de que los mejores siempre reciben muchos no.
    Pilar Alberdi

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  4. Con este "ataré mi propio desconcierto a la cintura" ya me has ganado. Es fabulosa la imagen.

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